Como hemos
visto en este bloque, existen varios “mitos” sobre la lectura y la forma de desarrollar
la competencia lectora. La más común se ve cuando observamos en los libros de
nuestros hermanos, primos, hijos, sobrinos… las preguntas de “comprensión
lectora” que plantean los libros de texto que sólo fomentan la memoria a corto
plazo y ahí se queda, en un momento instantáneo y no se aprovechan ni se
ejercitan de forma completa todas las habilidades que componen el proceso
lector. Como bien nos decía Irune: El acto de leer no es una mera “descodificación”
(cómo se suele fomentar con los métodos tradicionales de enseñanza de la
lectoescritura de tipo sintético). “Leer
es interpretar, comprender, relacionar, tomar partido (…) conocer lugares,
personajes, ideas y sentimientos ajenos, (…) es aprender, analizar, reflexionar
y adquirir valores fundamentales.” Todos estos procesos requieren muchas capacidades
(habilidades visuales, atención, memoria, comprensión, fluidez…) que debemos
potenciar para que verdaderamente nuestros alumnos sean competentes lectores no
sólo para ellos mismos, sino también para la audiencia cuando éstos son
“lectores orales”.
Para ello
voy a plantear una serie de actividades-ejemplo en torno a un texto. El texto
elegido es uno de los Cuentos para jugar
de Gianni Rodari que es de tipo narrativo literario. El libro del que lo saco
es de la 54ª Edición de la Editorial Alfaguara Infantil. He pensado que puede
ser un libro interesante para niños de a partir de 10 años teniendo en cuenta
el componente lúdico de poder elegir el final de cuento que más te guste.
Recuerdo de pequeña leer en la biblioteca de mi colegio una serie de libros que
se llamaban Elige tu propia aventura cuyas
historias eran de temáticas muy distintas, en los cuales tenías que ir tomando
decisiones y dependiendo de estas, llegabas a un final u otro.
Me parece
que la posibilidad de decidir uno mismo puede ser un elemento muy motivador
para el alumnado de modo que prestarán más atención.
Sin embargo, me he decantado por el libro de Rodari porque al sólo elegir un
final, se pueden preparar varias lecturas orales en clase realizadas por los
propios alumnos para que, después de haber leído personalmente el cuento,
alguno se ofrezca a leer el cuento con el final que más le haya gustado.
Incluso se puede dialogar sobre el cuento de modo que los alumnos opinen y argumenten
qué final les ha gustado más, cuál es más realista o no, o más justo, como hace
el autor al final del libro.
El cuento
con el que voy a proponer las actividades es El flautista y los automóviles que dice así:
El flautista y los automóviles
Había una vez un flautista mágico. Es una
vieja historia, todos la conocen. Habla de una ciudad invadida por los ratones
y de un jovenzuelo que, con su flauta encantada, llevó a todos los ratones a
que se ahogaran en el río. Como el alcalde no quiso pagarle, volvió a hacer
sonar la flauta y se llevó a todos los niños de la ciudad.
Esta vez es una ciudad invadida por los
automóviles. Los había en las calles, en las aceras, en las plazas, dentro de
los portales. Los automóviles estaban por todas partes: pequeños como cajitas,
largos como buques, con remolque, con caravana. Había automóviles, tranvías,
camiones, furgonetas. Había tantos que les costaba trabajo moverse, se golpeaban,
estropeándose el guardabarros, rompiéndose el parachoques, arrancándose los
motores. Y llegaron a ser tantos que no les quedaba sitio para moverse y se
quedaron quietos. Así que la gente tenía que ir andando. Pero no resultaba
fácil, con los coches que ocupaban todo el sitio disponible. Había que
rodearlos, pasarlos por encima, pasarlos por debajo. Y desde por la mañana
hasta por la noche se oía:
Estos eran dos peatones que se habían topado
arrastrándose bajo un camión. Como es lógico, la gente estaba completamente
furiosa.
—Por pensar, pienso. Pienso en ello día y
noche. Le he dado vueltas incluso todo el día de Navidad. Lo que pasa es que no
se me ocurre nada. No sé qué hacer, qué decir, ni de qué árbol ahorcarme. Y mi
cabeza no es más dura que la de los demás. Mirad qué blandura.
Un día se presentó en la Alcaldía un extraño
joven. Llevaba una chaqueta de piel de cordero, abarcas en los pies, una gorra
cónica con una enorme cinta. Bueno, que parecía un gaitero. Pero un gaitero sin
gaita. Cuando pidió ser recibido por el alcalde, la guardia le contestó secamente:
—No importa quién me lo ha enseñado. No
pierde nada por dejarme que lo intente. Y si me promete una cosa antes de
mañana ya no tendrá más quebraderos de cabeza.
—Que a partir de mañana los niños podrán
jugar siempre en la plaza mayor, y que dispondrán de carruseles, columpios,
toboganes, pelotas y cometas.
El extraño joven no perdió ni siquiera un
segundo. Se metió una mano en el bolsillo y sacó una pequeña flauta, tallada en
una rama de morera. Y para colmo, allí, en la oficina del alcalde, empezó a
tocar una extraña melodía. Y salió tocando de la alcaldía, atravesó la plaza,
se dirigió al río...
Los coches corrían desde todos los puntos de
la ciudad, con un inaudito estruendo de motores, tubos de escape, bocinazos,
sirenas, claxon... Corrían, corrían solos.
Pero si prestaban atención, habrían oído
bajo el estruendo, aún más fuerte, más resistente que él, el silbido sutil de
la flauta y su extraña, extraña melodía...
Primer final
El flautista, sin dejar nunca de tocar, les
esperaba en el puente. Cuando llegó el primer coche —que por casualidad era
precisamente el del alcalde— cambió un poco la melodía, añadiendo una nota más
alta. Como si se tratara de una señal, el puente se derrumbó y el automóvil se
zambulló en el río y la corriente lo llevó lejos. Y cayó el segundo, y también
el tercero, y todos los automóviles, uno tras otro, de dos en dos, arracimados,
se hundían con un último rugido del motor, un estertor de la bocina, y la
corriente los arrastraba.
Los niños, triunfantes, descendían con sus
pelotas por las calles de las que habían desaparecido los automóviles, las
niñas con las muñecas en sus cochecitos desenterraban triciclos y bicicletas,
las amas de cría paseaban sonriendo.
Pero la gente se echaba las manos a la
cabeza, telefoneaba a los bomberos, protestaba a los guardias urbanos.
Los más audaces se echaron encima del
flautista pero se detuvieron antes de poder tocarle. En el aire, invisible,
había una especie de muro que le protegía y los audaces golpeaban en vano
contra aquel muro con manos y pies. El flautista esperó a que el último coche
se hubiera sumergido en el río, luego se zambulló también él, alcanzó la otra
orilla a nado, hizo una inclinación, se dio la vuelta y desapareció en el
bosque.
Segundo final
Los automóviles corrieron hacia el río y se
lanzaron uno detrás de otro con un último gemido del claxon. El último en
zambullirse fue el coche del alcalde. Para entonces la plaza mayor ya estaba
repleta de niños jugando y sus gritos festivos ocultaban los lamentos de los
ciudadanos que habían visto cómo sus coches desaparecían a lo lejos,
arrastrados por la corriente.
Por fin el flautista dejó de tocar, alzó los
ojos y únicamente entonces vio a la amenazadora muchedumbre que marchaba hacia
él, y al señor alcalde que caminaba al frente de la muchedumbre.
—¡Te voy a hacer saber lo que es estar
contento! ¿Te parece bien lo que has hecho? ¿No sabes el trabajo y el dinero
que cuesta un automóvil? Bonita forma de liberar la ciudad...
—¿Qué tienes tú que decir? Ahora, si no
quieres pasar el resto de tu vida en la cárcel, agarras la flauta y haces salir
a los automóviles del río. Y ten en cuenta que los quiero todos, desde el
primero hasta el último.
El flautista obedeció. Obedeciendo al sonido
de su instrumento mágico los automóviles volvieron a la orilla, corrieron por
las calles y las plazas para ocupar el lugar en el que se encontraban, echando
a los niños, a las pelotas, a los triciclos, a las amas de cría. Todo volvió a
estar como antes. El flautista se alejó lentamente, lleno de tristeza, y nunca
más se volvió a saber de él.
Tercer final
Los automóviles corrían, corrían... ¿Hacia
el río como los ratones de Hammelin? ¡Qué va! Corrían corrían... Y llegó un
momento en el que no quedó ni uno en la ciudad, ni siquiera uno en la plaza
mayor, vacía la calle, libres los paseos, desiertas las plazuelas. ¿Dónde
habían desaparecido?
Aguzad el oído y los oiréis. Ahora corren
bajo tierra. Ese extraño joven ha excavado, con su flauta mágica calles
subterráneas bajo las calles, y plazas bajo las plazas. Por allí corren los
coches. Se detienen para que suba su propietario y reemprenden la carrera.
Ahora hay sitio para todos. Bajo tierra para los automóviles. Arriba para los
ciudadanos que quieren pasear hablando del gobierno, de la Liga y de la luna,
para los niños que quieren jugar, para las mujeres que van a hacer la compra.
—¡Qué estúpido —gritaba el alcalde lleno de
entusiasmo—, que estúpido he sido por no habérseme ocurrido antes!
Además, al flautista le hicieron un
monumento en aquella ciudad. No, dos. Uno en la plaza mayor y otro abajo, entre
los coches que corren incansables por sus galerías.
El final del autor
Antes de
proponer siquiera una lectura en voz alta, hay que hacer más de una lectura
silenciosa para poder comprender el texto y que los niños sepan qué van a leer.
Por esa razón, primero me voy a centrar en actividades de lectura silenciosa para hacer en clase.
Antes de leer el texto
En el caso de que fuera el primer cuento que leyéramos, se podría hacer un pequeño diálogo introduciendo con preguntas del tipo: ¿os gustan los cuentos? ¿recordáis alguno en especial?
Después,
leeríamos el título de dicho cuento y podríamos hacer hipótesis de qué relación
puede haber entre un flautista y un automóvil, haciendo hipótesis y deducciones
acerca de qué puede ir el cuento. También se pueden anticipar distintos
finales, aunque realmente nadie sabe cómo va a acabar ya que hay tres finales
distintos.
Lectura del texto
Para favorecer la comprensión del texto al máximo, se realizará una lectura silenciosa de forma individual dejando que los alumnos puedan leer a su propio ritmo.
Es este momento, cuando se pueden observar ciertos detalles del proceso de lectura, pero centrándonos en unos pocos alumnos, no en el grupo entero. Se puede observar si el niño realiza muchos movimientos regresivos de verificación sospechando así si sus fijaciones son correctas o tiene alguna dificultad con el texto literario propuesto. Por otro lado, podemos ver si la postura corporal es la correcta para favorecer una buena visión, si se acerca mucho el libro a los ojos y el seguimiento del texto, al igual que si utiliza el dedo o el lápiz para no saltarse ninguna línea o, al contrario, tarda más en leer porque se salte alguna y tenga que regresar a la correcta. Si se observa alguna conducta exagerada, a lo mejor es necesario comunicarlo a los padres para ver si hay un problema de vista o es por otro motivo.
Otra de las
cosas que podemos observar es si el alumno o alumna realiza alguna vocalización
o pronuncia palabras mientras lee. En el caso de que sea una palabra, no hay
que alarmarse, pues probablemente esté usando la ruta fonológica para
descodificar una palabra que le sea desconocida y a partir de esa construcción
seguir con el texto y darle u significado según el contexto. Si vemos que se
realiza repetidamente, sí que se puede dar que haya un problema de comprensión
o en las habilidades visuales.
Los
primeros en acabar dependiendo de la cantidad de tiempo empleada tendremos que
valorar si han leído el texto en profundidad o han hecho una lectura rápida sin
apenas comprensión. En este último caso, le invitaría a leer el texto un poco
más despacio para que pueda fijarse en los detalles de la historia.
Después de leer el texto
Tras la lectura del texto, tendremos un pequeño tiempo para resolver dudas sobre lo leído que puedan interferir en la comprensión del texto como por ejemplo palabras desconocidas. En este rato, evitaría darles la respuesta inmediatamente, es decir, lo deseable es que se respondan las preguntas entre los propios compañeros puesto que la comprensión es una continua hipótesis de significado que se va comprobando y confirmando o refutando.
Después se
plantearán una serie de actividades relacionadas con las habilidades que forman
parte en el proceso lector para desarrollar la competencia lectora.
Actividades para favorecer la memoria
I.
Preguntas
sobre el texto. Sin el texto delante, responde a
las siguientes preguntas:
- ¿Qué ocurría en la ciudad?
- ¿Por qué el alcalde no resolvía esta situación?
- ¿Qué condición puso el flautista a cambio de solucionar el problema?
- ¿Qué ocurrió al sonar la flauta?
- ¿Qué pensaron los habitantes de la ciudad?
Sobre
el primer final:
- ¿Dónde fueron los coches?
- ¿Cómo se sintieron los niños? ¿y los adultos?
- ¿Por qué los más audaces no podían parar al flautista?
- ¿Qué hizo el flautista cuando terminó de tocar la flauta?
Sobre
el segundo final:
- ¿Cuál fue el último coche que se zambulló en el río?
- ¿Qué le dijo el alcalde al flautista?
- ¿Qué hizo el flautista?
Sobre
el tercer final:
- ¿Cómo solucionó el problema el flautista?
- ¿Qué construyeron en honor al flautista?
- ¿Dónde lo construyeron?
II. El flautista. Completa la descripción del flautista del
autor y dibújale en el recuadro.
III.
¿A qué
final corresponde?. Sin mirar
el texto durante el ejercicio, intenta relacionar cada párrafo o frase literal
con el final del cuento correspondiente. Se puede hacer una lectura rápida
antes de empezar.
a)
Para
entonces la plaza mayor ya estaba repleta de niños jugando y sus gritos
festivos ocultaban los lamentos de los ciudadanos que habían visto cómo sus
coches desaparecían a lo lejos, arrastrados por la corriente.
b)
Arriba para
los ciudadanos que quieren pasear hablando del gobierno, de la Liga y de la
luna, para los niños que quieren jugar, para las mujeres que van a hacer la
compra.
c) —¡También
el alcalde se ha vuelto loco! ¡Hacer destruir todos nuestros hermosos coches!
—¡Con lo que cuestan!
—¡Con lo cara que está la mantequilla!
—¡Abajo el alcalde! ¡Dimisión!
d)
Cuando
llegó el primer coche —que por casualidad era precisamente el del alcalde—
cambió un poco la melodía, añadiendo una nota más alta.
e)
—¿Está
contento, señor alcalde?
—¡Te voy a hacer saber lo que es estar contento! ¿Te
parece bien lo que has hecho? ¿No sabes el trabajo y el dinero que cuesta un
automóvil? Bonita forma de liberar la ciudad...
f)
Aguzad el
oído y los oiréis. Ahora corren bajo tierra.
Primer
final: _________________
Segundo
final: _______________
Tercer
final: _________________
Actividades para favorecer la atención
I.
Lectura
superficial. Busca en el texto cuántas veces se repiten las
siguientes palabras:
- Automóviles:
- Alcalde:
- Plaza
- Río:
II. Repeticiones. Busca en los cuadros las sílabas o palabras más y menos repetidas:
La sílaba
más repetida es ____ y la menos repetida es____
La palabra
más repetida es __________ y la menos repetida es __________
Actividades para favorecer las habilidades visuales, y por tanto, la fluidez
I.
Palabras
escondidas. Descubre
las palabras ocultas y escríbelas debajo.
Jansgaleríaocbméisríonsknecokanscciudadmianosksjmelodíaksmcólpjsántriciclolp
Palabras
encontradas: __________________________________________
II.
Palabras
giratorias. Adivina qué palabra se encuentra en las siguientes ruedas y
escríbela debajo.
III.
Laberintos. Busca la entrada y recorre este
laberinto para llegar a la salida lo más rápido posible. Este ejercicio debe
hacerse sin ayuda de ningún objeto, es decir, sólo moviendo los ojos1.
1(Este ejercicio tendrá niveles de dificultad,
se empezará por laberintos sencillos y gradualmente serán más complejos)
IV.
Lectura con
salto. Lee las palabras que vayan apareciendo manteniendo el ritmo,
aunque te dejes alguna sin leer.2
2(Para esta actividad se proyectarían las palabras en
un Power point de modo que aparezcan las palabras de una en una y el profesor
va regulando la velocidad de parición de las palabras.
Hay 2 modalidades para realizar esta actividad:
-
Lectura silenciosa cada alumno, pasando las palabras a
más velocidad.
-
Lectura en voz alta leyendo cada alumno una fila, y se
pasan las palabras a menor velocidad.)
Actividades de comprensión
Para trabajar la comprensión, trabajaremos los tres
aspectos que la conforman:
- Datos concretos y relaciones entre los mismos.
- Idea global, intencionalidades del autor, objetivos del texto, etc…
- Nivel inferencial con hipótesis, valoraciones, relaciones con otros conocimientos…
Una forma muy eficaz de trabajar la comprensión es mediante
inferencias, por ejemplo, haciendo preguntas cuya respuesta no se encuentre de
forma literal en el texto.
I.
Hablamos
sobre el cuento. Estas preguntas pueden hacerse dialogando en grupo o
primero por escrito y después poniendo las respuestas en común:
- Sobre los personajes:
o ¿Por qué al
principio la guardia no cree al flautista?
o ¿Cómo se
siente el alcalde con el problema de los coches?
o ¿Cómo crees
que se siente el flautista en cada uno de los finales? ¿Por qué?
- ¿Qué final te ha gustado más? ¿Por qué prefieres ese final a los otros?
- Lee el final preferido del autor. ¿Por qué crees que prefiere ese y no otro?
- ¿Cómo habrías solucionado el problema de los coches si fueras…
o …el
alcalde?
o …el
flautista?
Invéntate
un final alternativo.
II.
Completar
textos. Completa el texto con las palabras del cuadro:
tocar – claxon – amenazadora – coches – dinero –
liberar – festivos – niños
|
Los
automóviles corrieron hacia el río y se lanzaron uno detrás de otro con un
último gemido del ______. El último en zambullirse fue el coche del alcalde.
Para entonces la plaza mayor ya estaba repleta de ______ jugando y sus gritos ______
ocultaban los lamentos de los ciudadanos que habían visto cómo sus _______ desaparecían
a lo lejos, arrastrados por la corriente.
Por fin el flautista dejó de______,
alzó los ojos y únicamente entonces vio a la __________ muchedumbre que
marchaba hacia él, y al señor alcalde que caminaba al frente de la muchedumbre.
—¿Está contento, señor alcalde?
—¡Te voy a hacer saber lo que es
estar contento! ¿Te parece bien lo que has hecho? ¿No sabes el trabajo y el ______
que cuesta un automóvil? Bonita forma de ______ la ciudad...
III.
Comprensión
de vocabulario. Relaciona cada concepto con su significado.
IV.
Resumen.
Realiza un resumen del cuento.
Actividades para mejorar la anticipación ocular y la lectura en voz alta.
Después de haber leído silenciosamente el texto y haberlo
trabajado con los ejercicios propuestos anteriormente, se proponen los
siguientes ejercicios para mejorar la anticipación ocular y la lectura en voz
alta:
I.
Mensaje
secreto. Descifra el mensaje secreto cambiando los números por las
leras correspondientes para poder leerlo correctamente.
“3L 3XTR4ÑO J0V3N N0 P3RDI0 N1 SIQU13RA UN 2EGUNDO. S3 MET1Ó
UN4 M4N0 EN 3L B0L2ILL0 y S4CÓ UN4 P3QU3ÑA FLAU7A, T4LL4DA EN UNA R4MA DE
M0RERA. Y PA8A C0LM0, ALL1, EN LA 0FIC1NA D3L ALC4LDE, EM9EZÓ A T0CAR UN4 EX7RAÑA
M3L0DÍA. Y S4L1Ó TOC4ND0 DE LA ALC4LDÍA, ATR4VE2Ó LA PL4ZA, SE D1RIG1Ó AL RÍ0...
AL C4BO DE UN M0M3NTO...
—¡M1RAD! ¿QUÉ HAC3 AQU3L C0CHE? ¡SE HA PUE2T0 EN M4RCHA S0L0!”
II.
Palabras
perdidas. Lee el
texto reemplazando el número por la palabra que corresponde, escrita en el
margen izquierdo.
III.
Lectura “Inside
out”. Lee en alto este diálogo sólo o con un compañero, cambiando
la entonación de las oraciones según la emoción indicada.
—Buenos días, señor alcalde.
—Sí, resulta fácil decir buenos días. Para mí solamente
será un buen día aquel en el que...
—...¿la
ciudad quede libre de automóviles? Yo sé la manera.
—¿Tú?
¿Y quién te ha enseñado? ¿Una cabra?
—No importa quién me lo ha enseñado. No pierde nada por
dejarme que lo intente. Y
si me promete una cosa antes de mañana ya no tendrá más quebraderos de cabeza.
—Vamos
a ver, ¿qué es lo que tengo que prometerte?
—Que
a partir de mañana los niños podrán jugar siempre en la plaza mayor, y que
dispondrán de carruseles, columpios, toboganes, pelotas y cometas.
Anotación: Las
emociones sugeridas se pueden cambiar para que lo hagan más compañeros de la
clase de forma distinta. Incluso se puede representar este ejercicio delante de
la clase si alguna pareja lo desea.
Sobre la lectura en voz alta:
Una vez se haya leído el texto de forma silenciosa y se hayan realizado todos
los ejercicios anteriores para trabaja la preparación de un texto en voz alta,
al menos una vez en el curso cada alumno tendrá que leer en alto un texto del
tipo que sea delante de la clase. En principio se irá en orden de la lista si
ninguno se presenta voluntario para leer el texto trabajado en clase o uno que
quiera leer a los compañeros. No obstante, antes de empezar con esta dinámica,
se tendrá una sesión para trabajar la preparación de una lectura oral: el
objetivo es comunicar, el proceso adecuado para preparar el texto, tipos de
textos, expresividad, … Cuando un niño se prepare una lectura y haya ensayado
en casa, puede hacer el ensayo general con el profesor si así lo desea. El
objetivo de esta actividad además de trabajar la lectura oral, es poder
trabajar de forma tranquila la preparación, fomentar la confianza en uno mismo
y reducir el estrés que se genera en las presentaciones en público y que se
detecta incluso en clases de estudios universitarios.
Evaluación y autoevaluación de los niños
Para el proceso de evaluación se tendrá en cuenta tanto la
visión de los alumnos como la del profesor.
Respecto a los ejercicios realizados después del texto
relacionados con la competencia lectora,
a parte de la observación directa en clase durante las distintas actividades,
me gustaría que los alumnos intenten explicar qué estrategias han utilizado
para realizar las actividades y qué les ha parecido el texto: fácil, difícil,
divertido, aburrido, etc. Recogería sus opiniones e indicaciones sobre la
lectura en un cuaderno para ajustarme mejor a los intereses y necesidades de la
clase, además de mis propias observaciones. Los ítems a observar serían:
- Memoria a corto y medio plazo
- Atención durante la lectura y las actividades.
- Habilidades visuales y fluidez
- Comprensión: relación de datos concretos, idea global, inferencias o hipótesis sobre el texto, valoraciones…
Por otro lado, en relación con la lectura oral, usaríamos rúbricas para evaluar.
Evaluación del profesor:
La rúbrica que rellenaría el profesor sería la siguiente, siempre con un cuadro para anotar algún aspecto que no aparezca en los ítems:
Evaluación de los compañeros:
Después de la lectura oral, los alumnos darán un feedback al alumno evaluándole con la siguiente rúbrica:
1
|
2
|
3
|
4
|
|
Ritmo de
lectura y pausas al leer.
|
_____ lee muy
rápido el texto sin realizar las pausas indicadas por los signos de
puntuación
|
_____ lee el
texto a ritmos distintos, sin hacer correctamente las pausas por los signos
de puntuación
|
_____ lee la
mayoría del texto con un ritmo adecuado y haciendo las pausas indicadas por
los signos de puntuación
|
______ lee
el texto con un ritmo adecuado, y hace bien las pausas indicadas por los
signos de puntuación
|
Expresividad
|
_____ no
cambia la entonación ni da expresividad al texto, haciendo más difícil
entender la lectura.
|
_____ a
veces cambia de entonación, pero no da expresividad al texto.
|
______
cambia la entonación a veces y da expresividad al texto.
|
______
cambia la entonación y da expresividad al texto, haciendo que entienda mejor
la lectura
|
Precisión al
leer
|
_____ no vocaliza
o no pronuncia bien muchas palabras
(subraya cuál de las dos
opciones)
|
______ a
veces no vocaliza o pronuncia bien algunas palabras
(subraya cuál de las dos
opciones)
|
______
vocaliza y pronuncia casi todas las palabras bien
|
_____ vocaliza
y pronuncia todas las palabras correctamente
|
Seguridad
|
_____ lee el
texto muy nervioso/a
|
_____ lee el
texto algo nervioso/a
|
_____ lee el
texto con confianza
|
_____ lee el
texto con de forma relajada y con confianza
|
Volumen de
la voz
|
_____ lee el
texto a un volumen de voz muy bajo, no le puedo oír
|
____ lee el
texto con un volumen de voz bajo, a veces me cuesta oírle
|
_____ lee el
texto a un volumen de voz adecuado, pero a veces baja el volumen de la voz
|
_____ lee el
texto a un volumen de voz adecuado, le oigo en todo momento
|
Autoevaluación
Para la autoevaluación el niño realizará la
misma rúbrica con él mismo.
Si fuera posible, según el manejo
de TICs del centro, el profesor podría grabar al alumno durante la lectura para
que después pueda ver el vídeo y evaluar mejor la lectura que ha realizado. En
el caso de que no se tuviera el consentimiento paterno para grabar en imagen,
se le podría grabar en voz para que el propio alumno se escuche.
Links y materiales consultados:
- Rodari, G. (2006). Cuentos para jugar (54ª ed). Madrid, España: Santillana.
- Materiales y Apuntes de Didáctica de la Lengua Española de Irune Labajo. Centro Superior de Estudios Universitarios de La Salle. Madrid. Curso 2016-2017.
- http://auladeapoyopasesinllamar.blogspot.com.es/p/mejorar-velocidad-lectora.html
- http://cillueca.educa.aragon.es/web%20lectura/web%20primaria/ARCHIVOS/laberintos/laberintos.htm
- http://cillueca.educa.aragon.es/web%20lectura/web%20primaria/ARCHIVOS/salto%20de%20ojo/salto%20de%20ojo.htm
- http://colegios.pereiraeduca.gov.co/instituciones/galeriadigital/Espanol/_Literatura/Doc_web/Libreria%20infantil1/sites/rincon/trabajos_ilce/c_jugar/sec_24.html
- http://comprension-lectora.org/un-cronometro-o-mejor-una-rubrica-para-medir-la-fluidez-lectora/
- http://web.educastur.princast.es/proyectos/lea/index.php?page=velocidad-lectora
Perfecto.
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